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12 DE DICIEMBRE DE 2010

La tonta la loma
Publicado de en Loma tras loma · 20 Agosto 2015
Nacer y morir en el mismo instante. Eso es la eternidad. Ocurre continuamente pero me doy cuenta (re-paro) muy pocas veces.
Las rocas purgaban hielo. Me producía miedo. El crujido del hielo al partirse, el ruido de los cristales al deslizarse. Miedo al impacto, a la desestabilización. Miedo a que una minúscula avalancha diera con nuestros huesos en el fondo del valle. La nieve engaña los ojos. Cerca y lejos es otra cosa.
Caminamos un espejismo de placas de hielo ablandadas. Nos han permitido atravesar laderas nuevas, las de siempre, convertidas en un paraje inhóspito. Hermoso. Dramáticamente hermoso. El drama de la vida y la muerte como las inseparables caras opuestas de una misma moneda.
Subir como único camino posible. Me sobrevuelo. Me dejo atrás. A cada pisada me sobrepongo. Me agarro a la vida con herramientas feroces. En ningún momento pienso que mi destino sea el del guante, que resbala sobre la superficie demasiado helada para frenarlo.
No sopla viento pero el hielo al quebrarse ahuyenta el silencio, que tampoco llega cuando paramos un momento, a recuperar el aliento. Concentradas en respirar. En no fallar ningún paso. Sólo esta cumbre recién nacida, que nunca habían conquistado nuestros pies, nos ofrece el silencio del atardecer.
La belleza existe. Y es absoluta. Casi dolorosa: Las humanas dormimos abajo


Este blog personal es propiedad de
Adriana García

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