Ansiedad, angustia, ataques de pánico
o lo que sea que sea esto,
eso.
Aparecen sin invitación una vez,
o poco más.
Basta para naufragar
en el miedo fundado de tener miedo infundado.
Es un síntoma sin coartadas.
Es un síntoma que no admite el disimulo.
Nada te impide respirar
nada justifica la sequedad insaciable de tu paladar
Nada impide una siesta apacible
Y lo sabes
Sea lo que sea que sea
no tiene causa externa
No admite disimulo
No hay otro lugar donde mirar
Como un canasto de trapos revueltos
sólo un poco sucios,
nada trascendente a simple vista.
Y lo sabes
Sea lo que sea que sea
está ahí
y es tan potente
que ahoga
las más grandes ganas de vivir…
Sin motivo
Simplemente
En lo que cabe en un casi nada.
Los argumentos cansan
no puede ser tan complejo
lo que simplemente ocurre
Empiezo la inspección:
Saco un trapo de cocina
que no se quedó bien en su último lavado.
Contiene manchas
de no se sabe qué restos.
Me recuerda la imposibilidad
de ser inmaculada sin lejía.
No obstante, lo volveré a lavar.
Saco un calcetín
por infalible estadística, impar
¿Habrá un limbo para los calcetines
desaparecidos sin dejar rastro?
Saco la ropa negra
que sólo puedo mezclar con la de montaña,
imperturbable a la mezcla de colores
de puro sintética.
Mira,
aquí hay algo más sucio.
Lo saco con la pinza de precisión de mis dedos,
lo sostengo a la altura de los ojos.
Me quitó las gafas que me ayudan a definir el horizonte
Fijo, atentamente, la mirada en lo que está cerca
y…
no es para tanto:
El trapo que se cayó en el caldo de las verduras asadas
hará tres días.
Continúo el escrutinio,
saco los trapos de colores
que, desde que existen las toallitas,
ya se pueden lavar todos con todos.
…Nada destacable
Y sin embargo el canasto de mi ropa sucia
¡huele!
Sea lo que sea que sea
está dentro
y no admite disimulo.
Serán los sobacos de las camisetas,
o la ansiedad
o la angustia
o los ataques de pánico
o lo que sea que sea eso
a lo que no le basta con tener aire.